Miradas que pierden.
Después de la marcha del demonio supuestamente
terrorífico y agresivo, me quedo apoyada contra un árbol y observo mis manos
sangrantes.
-¡Rebecca! ¡Rebecca! –la voz de Cassandra se oye
cada vez más, hasta que me ve y se para enfrente de mí. –Eres…eres la chica más
estúpida del mundo.
-¡Oye! ¿Por qué? ¿A caso no tengo derecho a
descansar tranquilamente después de las tan intensas emociones que he vivido, o
qué?
-Sí, pero no puedes desaparecer tan de repente. Por
un momento he pensado, que mi hermano se iba a volver loco. Están todos muy
enfadados contigo.
-¿Todos?
-Sí, tus padres, tu hermano, Kyo y…bueno y Demian.
-¿Mis padres? --¿Qué? ¿Mis padres se han enterado
de todo este asunto? ¡Mierda!
-Sí…les hemos contado todo un poco por encima y
hemos sacado algunas conclusiones.
-Ah, es verdad. Todavía no sé nada de mi pasado. No
sé porque decís que ya me conocíais.
-Porque…puf. Esto va para largo. ¿Me puedo sentar a
tu lado? –asiento y Cassandra toma asiento a mí lado, coge aire y cierra los
ojos.
-Kyo y yo te conocemos, porque te vimos nacer. Tus
padres no eran ni italianos, ni ingleses ni nada de eso, ello eran… ángeles
etéreos. Eran casi arcángeles, tenían un poder inigualable y muchos enemigos
entre los demonios. Casi a la vez de que tu madre se quedara embarazada de ti,
los demonios crearon el libro de la muerte. Ahora dirás: ¿qué es el libro de la
muerte? Y yo diré: Es un libro en el cual, si apuntas el nombre de una persona
y piensas en ella, muere. También puedes
decidir la forma de morir, pero eso son simples detalles.
<<Tus padres entendieron la gravedad del
asunto, y a pesar de que iban a tener un bebé se arriesgaron a ir tras los
demonios que habían creado dicho libro. Fue una batalla horrible. Murieron
millones de ángeles y demonios, y lo peor de todo fue que tus padres no
pudieron recuperar el libro. Ellos sabían el peligro que corrías tú al nacer, y
pensaron en acabar contigo antes incluso de que llegaras a este mundo, pero
eran ángeles. ¡No podían acabar con la vida de alguien, y menos con la de su
hija! Al final, recurrieron a unos viejos amigos suyos que resultaron ser mis
padres. Nosotros os acogimos en nuestra casa y esperamos a que tu madre diera a
luz y cuando eso pasó, tus padres usaron todo su poder para protegerte y crear
el libro de la vida. ¿Cómo te protegieron? Enviándote con una familia de
humanos normales. ¿Dónde está el libro de la vida? Nadie lo sabe. ¿Sabían ellos
que su hija era la Reencarnación de Caín? Está claro, que sí.
-Mis padres…eran…ángeles etéreos.
-Sí, y el nombre que ellos te pusieron, no es
Rebecca, sino Nehira.
-¿Y qué significa ese nombre?
-Luz.
-¿Luz?
-Sí, como un rayo de esperanza que se abre a través
de la oscuridad. Rebecca…o mejor dicho, Nehira, eres más importante de lo que
crees. Y te necesitamos.
-Gracias por decirme tantas cosas, Cassandra, sé
que no nos hemos llevado demasiado bien, pero…
-E-esto…mmm… ¿Quieres ser mi amiga? –abro los ojos
realmente sorprendida y sonrío.
-Pues claro que sí. –y la sonrisa se me tuerce,
mientras que el labio comienza a temblarme y las lágrimas descienden por mis
mejillas.
Cassandra me abraza con una sonrisa y deja que poco
a poco me calme.
-Si sigues así, rubita, vas a acabar por caerme
bien. –dice separándome de ella y sacudiendo mi cabello.
-Idiota, no me llamo rubita. –pone una cara
realmente extraña y comenzamos a reír sin parar.
-Mierda.
-¿Qué pasa?
-Le he prometido a Kyo, que si te encontraba le
llamaría.
-Se va a poner hecho una furia.
-Ya lo estaba antes…o sea que… ahora mismo estará
rompiendo todas las habitaciones del hospital. –rápidamente saca su móvil y le
llama.
Está claramente enfadado. Estoy sentada a al menos
dos metros de distancia de Cassandra y oigo sus gritos.
-¡KYO, O PARAS DE GRITARME O LA RUBITA Y YO NOS
ESCAPAMOS JUNTAS!—parece que Kyo se calma, pues Cassandra me saca la lengua y
se levanta.
-Genial, hermanito, os esperamos aquí.
OOO
-Me parece impresionante que al fin hayas
encontrado el libro de la muerte, Kinar.
Ella se sienta en un sofá de plumas negro y sonríe
al hermoso ángel que tiene en frente. Kinar nunca pensó que un ángel como él,
acabaría ayudándola. Lens, la mira con los ojos llenos de ardor, y recorre
ávidamente su cuerpo únicamente vestido por un conjunto de ropa interior negro.
-Sin tú ayuda, nunca lo habría conseguido, Lens. La
verdad es que me sorprendió bastante que me llamaras después de todo el dolor
que te he causado. Así que no te enfades si desconfío un poquitín de ti.
-Kinar sabes perfectamente que te he ayudado,
porque quiero algo a cambio.
-Y si no recuerdo mal, quieres todos los fragmentos
del Colmillo Sagrado.
-Sí, y también quiero a la Reencarnación de Caín.
-¿Sabes lo que pasará si por casualidad el arcángel
Miguel lo descubre?
-Sí, y sé que de todas formas, Dios me hará pagar
por esto, pero quiero quitarme esta horrible maldición.
-¿Qué maldición? Eso no me lo habías contado…y yo
que pensaba entretenerte esta noche…
-Te lo contaré a cambio de tu “entretenimiento”.
-Eso está hecho, ángel pervertido.
-Bien. No sé si te acordarás pero hubo un tiempo en
el que yo amaba con locura a una mujer humana, y bueno, en esos momentos era
capaz de hacer cualquier cosa por ella.
-Ajá.
-Los dos queríamos estar juntos para siempre, y
dado que soy un ángel perdido, se podría decir de alguna forma que soy un poco
inmortal, al menos durante tres mil años. El caso es que pensamos en que tal
vez ella…pudiera ser también como yo.
-Así que fuisteis a ver a Charlotte, la bruja más
poderosa de nuestro mundo. Pero tristemente ella no tenía ninguna solución, de
modo que os recomendó ir en busca de un demonio.
-¿Cómo sabías eso?
-Oh, todo esto es muy predecible si llevas viva
cincuenta mil años.
-Ajá. ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Mi amada y yo,
fuimos a ver a un demonio llamado Azlat, éste mismo nos ofreció la respuesta a
nuestros problemas, siempre y cuando le diéramos algo a cambio.
-Os pidió vuestras almas, ¿verdad?
-En efecto. La mujer a la que amaba, estaba
completamente de acuerdo en entregar su alma a un demonio, pero no yo. ¿Cómo un
ángel puede entregar su fuente de poder a un despreciable demonio? ¿Cómo un
ángel puede traicionar tan gravemente a su especie? Ese tipo de preguntas no
paraban de rondar mi cabeza, en busca de una solución. Cuando la fecha límite
llegó y nos volvimos a reunir con Azlat, yo ya tenía por seguro que no pensaba
entregar mi alma a un demonio. Así que de esta manera se lo hice saber a él
también.
-Y Azlat entró en cólera. Estaba tan enfurecido que
mató a tu amada, y te echó una maldición que no serías capaz de romper sin el
Colmillo Sagrado y la Reencarnación de Caín. ¿No?
-Sí, tristemente ese es el final de mi historia…
-Cumpliré con lo prometido y te ayudaré a conseguir
tu meta, y ya que hoy me siento generosa seré tu entretenimiento por esta
noche. –Kinar le guiña un ojo sensualmente, justo al mismo tiempo en que Lens
se abalanza sobre ella y comienza a besarla.
OOO
Después de que Kyo dejara de gritar, y Cassandra le
colgara, me he dejado caer junto al mismo árbol de antes, y he intentado
dormirme o al menos descansar, pero la conversación con el estúpido demonio
dominante, no se va de mis pensamientos. Tal vez tenga razón en eso de tener
suerte. ¿No? Supongo que durante una eternidad o más, me dará tiempo a hacer
muchas cosas. Podría conseguir mucho dinero, hacerme rica, viajar a todos los
lugares del mundo, aprender todos los idiomas, conocer millones y millones de
personas, adquirir un número de conocimientos, incalculables. Supongo que esa
es la parte buena de ser inmortal. Mi subconsciente me mira como si realmente
el llevar esta maldita marca me hubiera vuelto loca. Suspiro profundamente,
cuando de repente recuerdo lo ocurrido mientras luché la primera vez con
Nathiel. Mi marca se esfumó. Desapareció. Se fue sin decir adiós. Eso sólo
puede significar una cosa, y esa es que aunque sea en ese momento de debilidad,
puedo morir. Sé que nadie en toda la faz de la Tierra desea morir, pero para mí
es un alivio. Un alivio mezclado con terror, porque ahora sé que no soy
invencible, y es mejor que mis enemigos no sepan ese pequeño detalle.
Por un momento, mi mente queda en blanco y comienzo
a observar a Cassandra. Sé nota que últimamente no ha dormido, porque debajo de
esos preciosos ojos rojos se encuentran unas profundas ojeras, además de que la
preocupación se refleja claramente en su rostro. ¿Qué le pasará? A lo mejor, es
uno de esos días que tenemos las chicas. “Pero no es solo un día, lleva tiempo
así” afirma mi subconsciente poniéndose unas gafas, y adoptando una postura de
sabelotodo. Me entran ganas de reír. Si la gente viera todo lo que pienso e
imagino se morirían de risa. Pero, ¿qué le vamos a hacer? Prefiero tomarme toda
esta situación con humor, porque si me pongo a pensar en todas las cosas
surrealistas que me han pasado, voy a llegar a la conclusión de que estoy
completamente majara.
-Universo llamando a Nehira. –dirijo mi mirada a
Cassandra y sonrío.
-Llámame Rebecca. —la morena frunce el ceño y me
mira extrañada.
-¿Por qué no quieres que te llame por tu verdadero
nombre?
-Porque, mis verdaderos padres son los que me han
criado durante todo este tiempo, y ellos eligieron mi nombre. Así que llámame
Rebecca.
-Eres realmente rara, rubia.
-¡Que no me llamo así, jod…
-¡IMBÉCIL! –la odiosa voz de Kyo entra en mis oídos
y casi hace reventar mis tímpanos. Realmente odio a este chico. ¿Cómo puede ser
capaz de irritarme tanto con tan sólo pronunciar una palabra? Mi subconsciente
levemente irritado abre un cajón y saca un fusil de los grandes con intenciones
de asesinar a cualquiera que no diga mi nombre.
-Para tu información, tengo un nombre, estúpido.
-¿Estúpido? ¿Realmente crees que tienes derecho
para hablarme? ¿Te crees que por qué te hayas ido llorando, me vas a caer bien,
que me voy compadecer de una pobre alma como tú? ¡Pues no, porque nosotros tres
hemos pasado por mil y una situaciones más difíciles que la tuya, y aquí
seguimos, luchando por lo que queremos! Así que cuando dejes de compadecerte a
ti misma, empieza a hablarme con un poquito de respeto, a mí, a Cassandra y a
Demian. ¿Lo has entendido? –cuando termina de hablar coge aire y me mira
esperando una reacción.
Bien, pues no la va a tener. Mi subconsciente me
mira extrañado al igual que los hermanos Kaghura y Dem. Estoy cansada de sus
sermones, y eso es justamente porque nunca he escuchado lo que decía, pero
ahora sí, y lo he entendido. He entendido lo que decía Nathiel, me he estado
comportando como una inmadura, como una niña a la que no le han comprado su
caramelo favorito.
-Ian tenía razón, me he comportado como una
inmadura –agacho la cabeza-- os pido
perdón. –los tres me recorren con la mirada de arriba abajo incrédulos.
-¿Ian? --¿en serio? Kyo, ¿realmente es en eso en lo
único que te has fijado? Oh, en serio. Mi orgullo está herido de muerte, y ni
siquiera reconocen ni un poquito la acción que acabo de hacer.
-Sí, antes he hablado con él, e incluso le he
pegado un puñetazo. –sus ojos se abren un poco más, si eso es posible, claro.
-Rebecca…has hablado con un demonio dominante…y no
sólo eso…le has pegado un puñetazo…y estás sana y salva. –Cassandra me mira con
gran admiración, al igual que Demian, pero Kyo sólo puede mover la cabeza en
signo de negación.
-Ahí, hay algo raro. Es imposible que un demonio
tan poderoso te haya perdonado una agresión, sin estar en una batalla seria.
Porque no estabais en una batalla seria. ¿No? –niego con la cabeza. –Ahí hay
algo raro. –vuelve a repetir Kyo.
-Oh, en serio, eres más idiota de lo que pensaba.
KYO. Acabo de pedirte perdón, creo que al menos me merezco un batido de
chocolate. –el ángel de ojos rojos, me mira aún sorprendido y suelta una
carcajada.
-No te soporto, niñata.
-¿Cómo que niñata? Eres, eres, eres…
-Un idiota. Pero
tengo buen corazón, ¿no? –mierda, Leo, podía haberse callado eso. Mis mejillas
se ruborizan hasta el punto de explotar.
-Oh, Rebecca. ¿Me dejas violarte?
-¡¿Otra vez?! ¿Se puede saber qué te pasa hoy?
Estás más imbécil que de costumbre. –suelta una risita, se acerca a mí, posa
una mano sobre mi cabeza y me da unas palmaditas.
-Bien hecho, Rebecca. –es la primera vez que dice
mi nombre con seriedad. Siento como mi corazón se acelera, y me fijo en lo
guapo que es. En cómo me gusta que su barbilla tenga esa forma cuadrada, en
cómo me gusta que el pelo se le quede desordenado, en cómo me gusta que
entrecierre los ojos como un gato cuando piensa. Por primera vez en mi vida, me
pierdo en la mirada de alguien.
OOO
-Oh, Rebecca. ¿Me dejas violarte? –Kyo lo suelta
sin pensarlo, porque la verdad es que ella se ve muy guapa ruborizada.
-¡¿Otra vez?! ¿Se puede saber qué te pasa hoy?
Estás más imbécil que de costumbre. –sonríe interiormente, al moreno le gusta
esa chica, le gusta como le planta cara a todo el mundo, le gusta cuando no
puede parar de reírse por una estupidez. Se acerca lentamente a ella, y le da
unas ligeras palmadas en la cabeza. La mira fijamente, y como muchas veces, su
corazón se acelera, su respiración se agita, su cordura queda atrapa en esos
ojos grises.
Hola ^^
ResponderEliminarHacia tanto tiempo que no subías un capítulo que prácticamente se me habían olvidado los personajes y que paso la ultima vez, pero ya me he puesto otra vez al día :) Como siempre sigue genial, impresionante...Cuando cassandra y rebecca se han hecho amigas así de repente queda raro queda como muy forzado, pero por lo demás genial.
Un saludo.
P.D: Por favor no tardes tanto en subir el siguiente ;)
in love
¡Buenas! La verdad es que sí que hacía muchísimo tiempo que no subía capítulos de esta novela, pero es que la inspiración no venía ni a tiros. Lo primero es que muchas gracias (como siempre) por apoyarme y darme ánimos. Lo segundo es que sí, tal vez lo de Rebecca y Cassandra haya sido un poco forzado, pero luego cuando acabe la novela, lo corregiré y editaré todo, por lo que todo ese tipo de cosas, serán corregidas. De todas formas, muchas gracias, por ser sincera conmigo.
EliminarUn saludo.
P.D: No voy a tardar, o eso creo :D
Helena.
Hola :)
ResponderEliminarComo ya te comente en el otro blog, llevaba mucho tiempo sin comentar, aunque he seguido leyendo y eso, pero ya he vuelto :) La noticia de que dejas de escribir Damma mia y tu otra novela principal me ha pillado un poco de improviso y me ha dejado algo fría, pero tus razones tendrás.
Me ha gustado mucho el nuevo capitulo, lo esperaba desde hacia tiempo y no me ha decepcionado, enhorabuena, genial, como siempre.
Espero que tengas un ratillo libre, te pases: www.deliriosdeunaadolescente2.blogspot.com.es y me des tu opinión, soy principiante y seria muy importante para mi.
Un besito
Laura :)
Hola, guapa :D
EliminarSé que la decisión de dejar de escribir Dama Mía, y Lo difícil atrae pero lo imposible obsesiona, ha sido muy repentina y que mucha gente se lo va a tomar a mal, y deje de leer mi blog o algo por el estilo. Pero tengo mis razones como ya aclaré en la entrada del otro blog. Una de esas razones sería que creo que me estoy volviendo increíblemente empalagosa y romántica, además de que no pongo emoción, por no hablar de lo poco que me gustan las bases de las historias. Por supuesto que tengo muchas más razones que ahora no voy a contar (ocuparía lo mismo que el tercer libro de Memorias De Idhún). Mil gracias por apoyarme y darme ánimos, y por estar siempre ahí.Respecto lo de tu blog, ya me he pasado por allí, hace tiempo. Me gusta la historia en sí y mi personaje favorito es el hermano de Bethy (yo también quiero uno así), pero lo que es el tema de redacción he visto alguna que otra falta, y sobre todo como muchas repeticiones de palabras o expresiones, no sé. No te tomes a mal lo que acabo de decir, porque a mí me ENCANTA tu novela, y sólo digo mi opinión (que por supuesto tienes todo el derecho de ignorar ya que tampoco soy una escritora famosa, y probablemente cometa los mismos errores de redacción que tú o peores xD). Pues nada, un besito gigante y espero que mi opinión te haya servido.
Helena :D