Tenebras vocat et.
Tienes
que hacerlo, tienes que hacerlo, tienes que hacerlo. El ángel de ojos azules no paraba de repetir la misma frase en mi
oído como si se tratara de una oración. ¿El
qué? Pero el ángel no me contesta tan solo repite las iguales palabras de
antes. Todo a mí alrededor es negro, menos el querubín de mirada profunda, de
cabellos dorados como el oro, de semblante serio, de espaldas anchas. Hazlo, juega con el infierno y termina en el
cielo. Consigue que sienta, consigue que sea algo más que un trozo de carne
inmortal sin sentimientos, hazlo o si no… todos acabareis en el infierno. Tenebras
vocat te. No comprendo nada y siento ganas de huir, pero no puedo, algo me
lo impide, grito pero nada ocurre. El ángel se mantiene impasible antes mis
alaridos y me doy por vencida. Hace frío mucho frío, hasta que un calor
abrasador inunda la parte interna de mi muñeca izquierda. Suelto un grito de
sorpresa al ver como una marca de lo más extraña se dibuja poco a poco en mi
piel, haciendo que el sudor se evapore y se convierta en humo. Es negra. Y
cuando la miro siento como si… como si fuera a protegerme. Con esta marca serás invencible, serás la guerrera más fuerte, tendrás
la fuerza del cielo en tus manos, cuando quieras ayuda, la tendrás. Los
latidos de mi corazón aumentan. ¿Qué es
lo que tengo que hacer? ¿Cómo te llamas? El ángel parece querer reírse pero
en seguida vuelve a su semblante serio y responde. Mi nombre es Jonathan y tu misión es descender al infierno. Mi
corazón da un vuelco de tres cientos sesenta grados. ¿Por qué yo? Ésta vez, Jonathan se ríe. Porque tú tienes mi sangre, yo soy tu padre.
Y de golpe me incorporo en la cama, con el sudor
chorreando por mi espalda y con el miedo instalado dentro de mí.
—Oh, gracias a Dios, sólo era un sueño. —murmuro
para mí misma, pero al girar la muñeca izquierda y ver en ella dibujada la
extraña marca del sueño, acepto que todo lo que he soñado, ha sido real.
Tiene buena pinta:)
ResponderEliminarGracias, espero que te guste y no te decepcione :D
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